Si algún día me olvidas, yo no sabré olvidarte.
Por eso ahora te pido que me enseñes
a vivir sin tus besos, sin tu amor, sin tu mirada:
enséñame qué he de hacer para dejar de amarte.
Si mañana te alejas, me perderé una noche
y buscaré una cumbre ignorada de este monte
para enterrar mis días junto a ti y este recuerdo
de una pasión que yo he vivido hasta el derroche.
Tal vez yo vaya sola a ese lugar secreto en la montaña
donde un atardecer vimos ponerse el sol tras una loma.
Removeré las piedras buscando los restos de tu aroma
Y buscaré en el cielo aquella estrella extraña.
Recordaré esa tarde, en un recodo del camino,
Cuando sentí, mientras tus brazos rodeaban mi cintura
Que ya nunca jamás podría abandonarte
Porque en ese lugar terminé de quitarme la armadura.
Lo que nunca dijimos, las palabras dormidas,
Se las diré a la luna cuando llegue la noche
Y aguardaré al amanecer con el recuerdo
De las promesas que hicimos a escondidas.
Enséñame a alejarme del mañana si tú no estás conmigo
Y el arte de escapar de tu sonrisa a cada instante.
Enséñame cómo alejarme de mis ansias presentes
Y del ayer, porque fue en el ayer donde empezó el olvido.
Déjame detener el reloj en tu mirada de niño sorprendido,
recordar el sabor de un fruto prohibido y llorarte en silencio.
Déjame desandar los pasos que no dimos los dos juntos
sin que entiendas mis lágrimas de dolor y de olvido.
Déjame que te ame en la distancia y no estés triste,
Porque fue en la distancia donde más nos amamos.
Yo aprenderé a escuchar nuestra música a solas, sin llorar.
A cambio, enséñame a apagar la luz que tú encendiste.
De mi libro "Poemas de una Extraterrestre"
Hay una raza de hombres, hay una raza de dioses. Cada una de ellas saca su aliento vital de la misma Madre, pero sus poderes son diversos, de suerte que unos no son nada y otros son los dueños del cielo , que es su ciudadela para siempre. Sin embargo, todos nosotros participamos de la Gran Inteligencia; tenemos un poco de la fuerza de los inmortales, aunque no sepamos lo que el día nos tiene reservado, lo que el destino nos tiene preparado antes de que cierre la noche. Píndaro, "Oda"
No hay comentarios:
Publicar un comentario